¿Serías capaz de pagar la sanidad para ti o para los tuyos si caes verdaderamente enfermo?
Quizá tu si puedas, yo no y por eso DEFIENDO LA SANIDAD PÚBLICA.
MANIFIESTO EN
DEFENSA DE LA SALUD Y LA SANIDAD PÚBLICA
1. Sanidad
pública para todas las personas.
- Por una
atención sanitaria accesible y de calidad para todas las personas,
independientemente de su situación
legal, administrativa y laboral.
- Por una Sanidad
gratuita en el momento de uso, financiada a través de impuestos
directos y de tipo finalista
para cada una de las comunidades autónomas, de provisión y gestión
pública.
- Fomento de la
prevención y promoción de la salud. Promover que la Atención
Primaria se convierta en el
eje principal del Sistema Nacional de Salud.
- Mantener el
modelo de zonificación sanitaria en todas las comunidades autónomas
(Áreas de Salud y Zonas
Básicas de Salud), propugnado por la Ley General de Sanidad 14/86.
- Gestión y uso
eficiente y responsable de los recursos humanos, materiales y
económicos, desvinculando de
esa gestión al poder político.
- Reconocimiento
y regulación de los profesionales y de las terapias naturales y
medicinas no convencionales.
- Potenciación
de la Salud Mental, incluyendo tanto intervenciones farmacológicas
como psicoterapia,
terapias naturales y medicinas no convencionales y otras
intervenciones psicosociales
orientadas a la rehabilitación, cuidados y apoyo, tanto en Atención
Primaria como en Especializada,
organizada desde una red de dispositivos interprofesionales.
- Fomento de la
investigación referente a las enfermedades raras o no comunes y
adecuación de los recursos
públicos para la atención multidisciplinar a las personas que las
padecen.
- Adaptación del
Sistema Nacional de Salud a las necesidades cambiantes de la
población.
2. Participación
activa de las personas en la salud.
- Refuerzo de la
inspección sanitaria y de la dirección de salud pública para la
adecuada evaluación del
sistema sanitario.
- Transparencia
en el sistema: por una ley que garantice el acceso público a todos
los datos relativos a la
calidad del sistema sanitario.
- Por una ley que
garantice la participación real de la población en la gestión de
los servicios sanitarios,
mediante órganos paritarios con carácter decisorio.
- Realización de
diagnósticos de salud comunitarios, con participación real de la
población, con vistas a diseñar
las políticas sanitarias y poder actuar sobre los determinantes de
la salud y la calidad de vida.
- Aplicación
efectiva del derecho de la persona a tomar parte en las decisiones
sobre la atención que va a recibir.
3. La salud no es
un negocio. No a la mercantilización de la sanidad.
- No a la
privatización de la sanidad: derogación de la Ley 15/97 y las leyes
autonómicas que la desarrollan. No a
los conciertos privados. Establecimiento de turnos de tarde en todos
aquellas categorías
necesarias, lo cual permitiría utilizar la tecnología, quirófanos,
medios diagnósticos, consultas y resto
de servicios a pleno rendimiento. Rescate de los centros sanitarios
ya privatizados
(hospitales, ambulatorios, call center, laboratorios…).
- No al
copago/repago ni directo (con el pago en el momento de recibir la
atención sanitaria) ni indirecto
(excluyendo tratamientos de la cartera del Sistema Nacional de Salud
para obligarnos a pagarlos
totalmente o en parte).
- No al mercado
sanitario. Frente al sistema de competencia entre centros sanitarios
para “atraer”
pacientes (“que el dinero siga al paciente”), vuelta al sistema
de cooperación/coordinación
entre ellos.
- Potenciación
de la investigación sanitaria en el sector público y desarrollo de
una industria pública para los
medicamentos más habituales y necesarios, con una dispensación de
losmismos dentro del sistema. Control y transparencia estrictos de la
industria farmacéutica. Puesta en marcha de una
central de compras para abaratar costes.
- Garantizar que
la formación continuada no responda a intereses privados o
corporativos.
4. Salud en todas
las Políticas.
- La salud de las
personas depende no sólo de la atención sanitaria, sino también de
factores sociales (como
las condiciones de vida, de trabajo o la educación), factores
económicos o factores
medioambientales, entre otros. Las diferencias de salud en la
población debidas a desigualdades
socioeconómicas, medioambientales o de género son injustas y
evitables.
- Por todo ello,
para mejorar la salud de la población, es necesario que desde todas
las políticas públicas (como
educación, política social, medioambiente, urbanismo, trabajo e
inmigración o economía y
hacienda) se analice y evalúe el impacto sobre la salud de las
personas que tendrá el desarrollo de las
mismas y que todas ellas se reorienten para evitar esas desigualdades
en salud.
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