Ya has podido ver los primeros Lugares imprescindibles de Egipto I y Lugares imprescindibles de Egipto II, ahora con esta última entrega finalizo mi viaje "7 días en Egipto":, espero que te gusten:

La pirámide escalonada de Saqqara o de Zoser (Dyoser) como se llamaba el faraón que la construyó, es la consecuencia de la aplicación de las creencias de los antiguos Egipcios en su empeño en construir una tumba que sirviera para subir al cielo y reunirse con los dioses. De ese modo el famoso arquitecto, además de sabio, filósofo, médico y mago, Imhotep. añadió a lo que hasta la fecha era una mastaba principal, otras alturas todas ellas de adobe, cada vez más pequeñas hasta un número de seis con sesenta metros de altura. Habían construido la base de lo que después serían las Grandes Pirámides y cambiado para siempre la forma de las grandes tumbas.

La Pirámide de Zoser es maciza y está colocada justo encima de los pasadizos excavados en la roca que conducen a un entramado de pasillos, galerías y salas con once pozos de 32 metros de profundidad que constituyen todo un laberinto donde se encontraron miles de objetos. La cámara del sarcófago está situada en el centro de la pirámide, a 28 metros de profundidad, construida con granito macizo recubierto de yeso y sellada con un cierre de rastrillo con un gran bloque de granito de 3500 kilos.

Todo ello está ubicado en el gran complejo funerario de Saqqara, el principal de la ciudad de Menfis, de unas 15 hectáreas con una muralla que lo rodea y una única entrada por la que se accede a un espacio con un pasillo de columnas que según parece es el más antiguo del mundo. Mide 54 metros de largo y está bordeado por 40 columnas donde la fotografía típica te puedes imaginar cual es.

Estas fueron las primeras columnas portantes que se utilizaron en la historia, son más anchas en su base para repartir mejor el peso y con piezas redondeadas para asemejarse a las palmeras y sirvieron de prueba y base para futuras columnas individuales que se hicieron en Luxor o Karnak. De allí se sale a la gran explanada donde se hacían las fiestas y ofrendas al faraón, el Heb Sed, que era una ceremonia religiosa con demostraciones físicas.

Mohamed nos contaba que en ocasiones las ceremonias eran demostrativas de fuerza y poder para el faraón ante el que se exponían cientos de animales, búfalos por ejemplo, a los que debía pasar a espada en el menor tiempo para demostrar su poder al pueblo. Lo único positivo de esta historia es que después los animales se consumían como alimento para el pueblo y no para pudrirse ante los dioses.

Alrededor de la plaza hay diferentes edificaciones del mismo tipo de construcción como el de la entrada al recinto. A diferencia de otros espacios, es un lugar espacioso y tranquilo por el que podrás pasear un buen rato. El complejo es enorme y ocupa más de seis kilómetros con algunas otras pirámides, aunque la escalonada es el emblema del lugar. Como en el Valle de los Reyes, mucho cuidado con el sol.

No me olvido de la visita a la Mastaba, Tumba de Ka-GMNI Oyn VI, donde es posible ver y comprender todo el proceso previo a la muerte, la preparación y el acceso a la otra vida. Relieves y pinturas espectaculares. De igual modo se puede visitar una de las tumbas a bajo nivel a la que se accede por una pendiente y unos pequeños túneles. Se puede ver la tumba y los techos adornados de estrellas.

Abu Simbel, fue construido por Ramsés II, descubierto en 1815 y entre 1964 y 1968 fue desmontado y trasladado de su emplazamiento original, unos 210 metros más allá del río y 65 metros más arriba, para evitar que quedara bajo las aguas por la construcción de la gran presa de Asuán. La fachada es impresionante, excavada en la roca donde se ven los cuatro famosos colosos de Ramses II. El sol dos veces al año penetra hasta el santuario al fondo del templo iluminando totalmente las cuatro estatuas del nicho.

Tras la fachada de los Colosos de Ramsés II, está el templo solar, el pronaos, las salas secundarias, un vestíbulo, la sala de las ofrendas y el Santuario. Para mi gusto, lo más llamativo es su fachada en la roca. En otras visitas pudimos ver columnas y rincones verdaderamente espectaculares. Por cierto, no te dejarán sacar fotografías del interior de los templos. Afuera, si no espabilas, tendrás que moverte y buscar hueco entre los miles de turistas.


Junto al templo de Ramsés II vimos el templo a Nefertari, una de sus esposas y por lo que parece y dicen, su verdadero amor. Quizá esta cuestión es la que más nos llame la atención de estos enormes espacios que se convierten por lo tanto en un inmenso monumento al amor entre dos personas en tiempos del antiguo Egipto, que decidieron dejar su ejemplo al mundo entero y a la historia.
Ramsés II es el tercer faraón de la Dinastía XIX de Egipto, que gobernó unos 66 años, desde 1279 a. C. hasta 1213 a. C. y Nefertari (por la que brilla el sol), de origen desconocido, es considerada la mujer más bella e inteligente de su tiempo, que lo enamoró. La conoció porque pertenecía a un harén y llego a elevarla a la categoría de diosa personificándola en Mut, señora de dos tierras. Tuvo siete hijos, el primero a los quince años. En la fachada de su templo hay colosales estatuas suyas.

13. Iglesia de Abu Sirga